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Los simios tienen teoría de la mente e intuyen la ignorancia humana

Un nuevo experimento muestra que los bonobos saben cuándo los investigadores desconocen dónde se esconde una golosina... y se lo señalan de forma ostentosa

La capacidad de enseñar a otros algo interesante no es exclusiva de los humanos

J. de Jorge

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Los seres humanos atribuimos pensamientos e intenciones a otros. Esta habilidad, conocida como 'teoría de la mente', resulta fundamental en una sociedad sofisticada en la que establecemos complejas redes sociales y de cooperación. Durante mucho tiempo, se ha considerado exclusivamente humana, pero diferentes experimentos con chimpancés, bonobos y orangutanes han concluido que los simios también la comparten. Son capaces de anticipar correctamente la acción de un sujeto ignorante o previamente engañado.

Un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad Johns Hopkins propone una nueva evidencia de la teoría de la mente en simios. El trabajo, que parte de una premisa sencilla, muestra cómo tres machos de bonobo señalan con entusiasmo el lugar donde se esconden unas golosinas a unos humanos que parecen desconocerlo. Ha sido dado a conocer este lunes en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences'.

Los científicos trabajaron con 'Nyota', de 25 años; 'Kanzi', de 43; y 'Teco', de 13, todos ellos residentes en Ape Initiative, una organización sin fines de lucro dedicada a la investigación. Durante el experimento, uno de los bonobos se sentaba con el investigador Luke Townrow, uno frente al otro en una mesa. El bonobo observaba cómo una segunda persona colocaba una golosina, una uva o un 'cheerio', debajo de uno de tres vasos. A veces Townrow podía ver dónde iba la golosina, a veces no. El bonobo podía quedarse con la golosina si Townrow la encontraba.

Independientemente de si Townrow había visto o no dónde estaba escondida la golosina, decía: «¿Dónde está la uva?» y esperaba 10 segundos. Si el investigador había visto que la golosina estaba escondida, durante esos 10 segundos el bonobo normalmente se quedaba quieto esperando a que llegara la golosina. Pero cuando Townrow no había visto dónde estaba escondida la chuchería, el simio señalaba rápidamente la taza correcta, a veces de forma bastante demostrativa.

Golpes insistentes

«Sus dedos apuntaban a través de la malla; era evidente lo que querían comunicar», dice Chris Krupenye, profesor adjunto de psicología y ciencias del cerebro. «Uno de ellos, 'Kanzi', que estaba muy motivado por la comida, señalaba repetidamente en ciertas fases del experimento; daba golpecitos varias veces para llamar nuestra atención y era bastante insistente al respecto».

El trabajo es el primero en replicar en un entorno controlado hallazgos similares en la naturaleza que sugieren que los chimpancés vocalizan para advertir a sus compañeros de grupo que ignoran amenazas potenciales, como una serpiente.

«Predijimos que si los simios realmente están rastreando la ignorancia, cuando sus compañeros carecen de conocimiento, señalarán con más frecuencia y más rápidamente, y eso es exactamente lo que hicieron», afirma Krupenye. «Los resultados también sugieren que los simios pueden tener simultáneamente dos visiones del mundo en conflicto en su mente. Saben exactamente dónde está la comida y, al mismo tiempo, saben que la visión de su compañero sobre la misma situación carece de esa información», añade.

El equipo estaba encantado de confirmar aún más la sofisticación mental de los simios. «Hay debates en el campo sobre las capacidades de los primates y para nosotros fue emocionante confirmar que realmente tienen estas ricas capacidades que algunas personas les han negado», subayra Krupenye.

A continuación, el equipo trabajará para explorar más profundamente las motivaciones de los simios y cómo piensan sobre las mentes de otros individuos. «Lo que hemos demostrado aquí es que los simios se comunican con su pareja para cambiar su comportamiento -indica Townrow-, pero una cuestión clave abierta para futuras investigaciones es si los simios también señalan para cambiar el estado mental de su pareja o sus creencias».

«La capacidad de percibir lagunas en el conocimiento de los demás es la base de nuestros comportamientos sociales más sofisticados, fundamental para la forma en que cooperamos, nos comunicamos y trabajamos juntos de forma estratégica», resume Krupenye. «Dado que esta denominada teoría de la mente sustenta muchas de las capacidades que hacen únicos a los humanos, como la enseñanza y el lenguaje, muchos creen que está ausente en los animales. Pero este trabajo demuestra los ricos cimientos mentales que comparten los humanos y otros simios, y sugiere que estas capacidades evolucionaron hace millones de años en nuestros antepasados comunes», añade.

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