Crítica de:
'Memorias del VIH/sida', en Archivo Arkhé: la exposición que nos merecemos
MADRID
El inagotable Archivo Arkhé regresa a su línea discursiva en torno a la cultura LGTBi con una memorable muestra sobre el origen del sida en Iberoamérica
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Hemos de congratularnos por el hecho de que el Archivo Arkhé, uno de los más importantes en su género de América Latina, haya decidido recalar en España. Podríamos decir que es uno de los grandes hitos artísticos de este 2023, un regalo adelantado de ... Navidad; aunque en realidad deberíamos considerarlo uno que llegó con retraso de 2022, pues abrió sus puertas en febrero, durante la Semana del Arte, en su sede de Doctor Fourquet, tras un primer periplo por su Colombia natal, donde no terminó de fraguar y desde donde se despierta ahora la curiosidad por el mismo, lo que podría facilitar que las exposiciones con sus fondos que ha empezado a organizar en la capital española terminen itinerando a ese país. Ya se sabe: nadie es profeta en su tierra hasta que le reconocen fuera sus virtudes.
Hablar del Archivo Arkhé supone hacerlo de un acervo cultural de más de 100.000 entradas entre documentos de distinta naturaleza y obras de arte atesorados durante más de doce años por los coleccionistas Halim Badawi (también teórico y comisario de exposiciones) y Pedro Felipe Hinestrosa.
Andar sobre dos patas
Las dos patas sobre las que el conjunto pivota es el arte iberoamericano y la cultura LGTBi, de manera que sus actividades –en forma de exposición– para dar a conocer sus fondos van alternando una y otra temática. Así, tras una primera muestra en febrero ('Una historia no tan rosa'), para aterrizar los contenidos 'queer' del Archivo, y una segunda, coincidiendo con el arranque de temporada en septiembre, sobre la construcción del paisaje latinoamericano a través de los artistas, le toca ahora el turno a 'Memorias del VIH/sida en Iberoamérica (1987-2019)'.
Una cita que realmente estaba pensada para coincidir con el Orgullo de 2024 pero que se ha adelantado, adaptándola, para programarla en el mes de diciembre, cuyo día 1 se celebra la jornada mundial dedicada a dar a conocer los avances contra la pandemia de VIH/sida. Sus contenidos esbozan un panorama muy distinto desde la confirmación de los primeros casos de la enfermedad en los países referidos del Nuevo Continente y España, en los que la reacción social se movía entre la ignorancia, el miedo y el prejuicio, y la realidad actual, en la que, no obstante, queda aún mucho por hacer, sobre todo en países del Tercer Mundo.
De esta manera, 'Memorias del VIH', comisariada por el propio Badawi, pone el acento en tres cuestiones. La primera es sacarnos los colores al constatar cómo se gestionaron (socialmente, políticamente, mediáticamente) esas primeras señales de la enfermedad que, entre otras cosas, estigmatizaron a todo un colectivo como el gay (el sida era 'la enfermedad de las tres haches': homosexuales, hemofílicos y heroinómanos, extensible a cuatro en América, los haitianos, lo que también supuso brotes de racismo). Era 'el cáncer de las mariposas' en los titulares de prensa más sutiles que recoge la muestra.



La segunda, evidenciar cómo en la época que la ocupa, el activismo impulsado por los movimientos de liberación homosexual (en España, es algo evidente, tras la salida de una Dictadura, que lo que solicitaban era despenalizar la homosexualidad, la amnistía –palabra tan manoseada hoy– para los encarcelados por sus inclinaciones sexuales o el combate contra prejuicios, algunos de ellos médicos: la cita incluye un informe antiguo del hospital Gregorio Marañón de una persona que pasó por urgencias por una afección menor pero con un bien visible 'gomet' rojo al lado de los datos personales para dejar claro que era seropositiva), se vieron obligados a cambiar el paso y desarrollar desde entonces un activismo a favor de los afectados por el VIH.
Y tercero, la cita renuncia a la coletilla 'latinoamericano' en favor de la de 'iberoamericana' para estudiar en paralelo los casos de Colombia y México (países bien representados en los fondos), Venezuela (un país periferia en el estudio de estos casos, sobre todo, por la propia beligerancia de la dictadura bolivariana) y España (y contextualizar su natural 'aislacionismo' cuando analizamos estas cuestiones).
Risas para tapar la tragedia
El recorrido comienza por México, por las fotos documentando las primeras marchas por parte de Armando Cristeto o la vida nocturna del bar El Nueve, que acabó siendo centro de referencia para el activismo. También por la poesía de Abigail Bohórquez, o cartelería de campañas de prevención, en la actualidad, del fondo de la Fundación Memorias Diversas... En España, imposible olvidarse del 'Pontelo, pónselo', de la revista 'Lo+Positivo', del 'Carrying' de Pepe Espaliú... En el ámbito colombiano, no se puede pasar por alto la máscara festiva (los llama 'mascarones') de Madorilyn Crawford, la cual esconde una gran tragedia: enferma de sida, controlada su enfermedad con los retrovirales, como le pasó a muchos afectados, otra pandemia, la de covid, impidió seguir con su tratamiento. Esta máscara le cubre de forma festiva las consecuencias de todo esto.
O los 'sudarios' de David Lozano, toallas robadas en saunas con la silueta en polvo de sus propietarios. La línea que separa placer y dolor es muy fina. Las tintas se cargan en el ámbito venezolano, donde los fondos del archivo de Edgar Carrasco dan fe de la dureza con la que la prensa trató al seropositivo ('El cáncer de las locas', 'Un holocasto homosexual en el que se matan entre ellos', 'Violadores de niñitas' (sic)'. Él fue editor de la revista 'Entendido' para contrarrestar tanto 'fake' de época, cuyo último número, que no se publicó, dispone sus originales en vitrina...

'Memorias del VIH/Sida en Iberoamérica'
Colectiva. Cuatro estrellas. Archivo Arkhé. Madrid. C/ Doctor Fourquet, 18. Comisario: Halim Badawi. Hasta finales de febrero
Y carteles de Keith Hering y General Idea, ‘collages’ de Mario Moravenik, dibujos de Miguel Á. Rojas, vídeos de Carlos Mota, muchas piezas en las que los fluidos corporales (sangre, semen, saliva, sudor...) son un material artístico más... Esta sí que es la expo que merecemos. Sobre todo para devolver la voz a todos los que murieron silenciados y mancillados.
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