Roland Garros
Marcel Granollers, de los 'challenger' a la final de París
El español aspira a su primer Grand Slam, de pareja con Horacio Zeballos, después de cinco perdidas y un año marcado por su lesión
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Se ganan Marcel Granollers y Horacio Zeballos una nueva oportunidad de completar un magnífico currículo, una nueva final de Grand Slam, y en París, donde todo se magnifica para el tenis español. No ha sido fácil el camino, pero la persistencia tiene el premio ... del último duelo en la Philippe Chatrier, contra los británicos Joe Salisbury y Neal Skupski. «Es la cuarta semifinal consecutiva aquí, se habían escapado unos partidos bastante igualados y esta vez ha caído de nuestro lado. Roger-Vasselin y Nys han jugado muy bien, pero hemos tenido una muy buena mentalidad, como en los últimos tiempos, hoy ha resultado», dijo el español tras ese 6-7 (5), 6-3 y 6-4 en dos horas y 26 minutos.
El catalán, 39 años y 10 del mundo, suma con esta seis finales de Grand Slam, y persigue con mucho empeño y sacrificio ese primer título grande. Junto a Marc López, perdió Roland Garros y US Open en 2014. Y fueron tres derrotas con Horacio Zeballos, 40 años, con el que lleva jugando desde 2019: US Open 2019 y Wimbledon 2021 y 2023.
Para este Roland Garros 2025 se van a centrar en ellos, más que en los rivales. «Vamos a pensar en cómo venimos haciendo las cosas y cómo queremos jugar. Eso es lo que nos va a acercar a la victoria. Por mucho que quieras ganar, si no haces las cosas correctamente no lo vas a lograr. El proceso, la manera en la que estamos compitiendo y estamos jugando es lo que nos va a acercar a poder ganar. Plantar batalla, intentarlo al máximo».
A Granollers y Zeballos les ha llegado esta nueva juventud después de pelearlo mucho, que no ha sido nada fácil este último año y medio, pero han puesto sonrisa en los momentos malos y los ha unido todavía más. «Desde hace un tiempo hemos alzado el vuelo. Empezó el año muy complicado porque yo me lesioné. Viajé a Australia e intenté hacer todo lo posible por jugar. No lo pude hacer y decidí parar todo el mes de febrero para recuperarme al cien por cien. Para poder volver con todas las garantías. Así que fue complicado porque no jugamos en noviembre, diciembre, enero y febrero. Y vas directamente a jugar los Masters 1.000, que son torneos complicados que cuesta si estás con ritmo y mucho más si no lo tienes», explicaba de este principio de curso complejo.
«Pero de esa situación mala hemos conseguido sacar algo bueno: una mentalidad mucho más fuerte, con mucha hambre de poder competir en todos los torneos. Desde que volvimos en marzo estamos entrenando muy bien, hemos bajado a torneos un poquito más bajos para coger rodaje, y a ninguno de los dos se nos han caído los anillos. Y hemos competido igual en el 'challenger' de Phoenix que en Roland Garros. Y eso hace mucho y une mucho a la pareja». Y la lleva directa a la final de París, a una nueva oportunidad de ser enorme en la Philippe Chatrier.
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