Las pernoctaciones en pisos turísticos crecen diez veces más que en los hoteles pese a la ofensiva de las Administraciones

El resto de visitantes se repartieron entre lo que el INE llama 'otros alojamientos de mercado' (cámpines, por ejemplo), con cerca de un millón de pernoctaciones, y alojamientos que no están en el mercado, con 5,8 millones. Estas últimas, las pernoctaciones en casas propias o de amigos, también tuvieron un avance sensacional, del 17,5%.

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Fran Piñero

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Es decir, que el hotel muestra síntomas de estancamiento frente a los otros tipos de alojamiento, circunstancia que -hay que destacarlo- se produce en un contexto de demanda creciente. Prueba de ello es que los precios hoteleros no dejan de aumentar; en 2024 lo hicieron más de un 6% según el INE.

Los datos ilustran una realidad problemática porque en las capitales más masificadas todos apuntan al piso turístico con el dedo acusador. Hay quien teme que en 2025 se alcancen los cien millones de turistas, pues muchos barrios españoles están en situación de saturación y empiezan a alumbrar conatos de turismofobia. En mayo se produjeron manifestaciones en Canarias y en Madrid, y en verano pasado, unos vecinos del centro de Barcelona desfilaron por la ciudad rociando con agua a los visitantes.

De hecho, este avance de las pernoctaciones en pisos turísticos se produce a pesar del despliegue de medidas que se están llevando a nivel local, autonómico y estatal. Como ya explicó ABC, Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca, Sevilla, Málaga o Valencia, todas las capitales han aplicado planes para regular la oferta y han reforzado la vigilancia. Apenas hace unos días, además, el Ministerio de Consumo ordenaba a Airbnb cerrar más de 60.000 anuncios que el Gobierno considera ilegales.

Más allá de la polémica en torno al alquiler turístico, los datos de llegadas del primer cuatrimestre de 2025 -publicados también hoy por el INE- insinúan que es muy posible que España alcance el récord de 100 millones de turistas este año.

Exactamente, y tras un 2024 que cerró con 94 millones de visitantes extranjeros, un récord histórico, el primer cuatrimestre del año deja un saldo de 25,6 millones de visitantes, un 7,1% más que en el mismo período del año anterior. Por aquello de la inflación, la ratio de aumento del gasto que realizaron esos visitantes aumentó más con respecto al año pasado. Concretamente, en el período enero-abril los turistas se dejaron 34.332 millones de euros en nuestro país, un 9,3% más.

Si durante el resto del año las llegadas mantienen el tono, es fácil que para diciembre se alcancen los cien millones, cifra que últimamente está en boca de todos. Será la guinda para una industria que va como un cohete, que representa el 13% del PIB y que aporta unos 200.000 millones a la economía de nuestro país. Valga también esta cifra: el año pasado los visitantes extranjeros invirtieron 126.000 millones en España, el equivalente de la deuda de la Seguridad Social.

Solo en abril, y en parte por el tirón de la Semana Santa, España recibió 8,6 millones de turistas, un 10,1% más que en el mismo mes de 2024. Y el gasto aumentó mucho más que las visitas, un 14,1%, hasta alcanzar los 10.826 millones de euros. Por turista, cada uno se dejó 1.264 euros en nuestro país en toda la estancia, o 187 euros al día.

Por países emisores, los que más gastaron fueron los británicos, que concentran el 16,1% de esos 34 millones de euros desembolsados en el primer cuatrimestre. Les siguen los alemanes, con un 13,1%, y los franceses, con un 8,1%. estas cifras, lógicamente, coinciden con los principales países emisores de turistas. Sigue liderando el mercado británico, que envió 4,7 millones de visitantes en enero-abril (+6,7% interanual); seguido de Francia, con casi 3,4 millones (+8,3%); y Alemania, con más de 3,3 millones (+4,8%).

Y en cuanto a los destinos favoritos, en enero-abril lideró Canarias, con 5,7 millones de visitantes y un aumento del 4,2% respecto al mismo período de 2024. Le siguen Cataluña, con 5,3 millones y un incremento del 5,3%, y Andalucía, con 3,9 millones, un 10,1% más.