Albares intenta tapar con Franco su fiasco con el catalán en la Unión Europa

Existe cierta indignación y frustración por este asunto en los pasillos de Marqués de Salamanca por el hecho de que Albares haya instrumentalizado, una vez más, Exteriores para seguir la política que dicta su partido en lugar de hacer política de Estado, según explica a ABC un diplomático que ahora mismo se encuentra en Madrid y a quien le parece vergonzosa «la deriva del Ministerio». El hecho de que Albares busque «hacerse la foto y cumplir ante el Presidente para celebrar los 50 años de la muerte del dictador, es un delirio». Hay que destacar que el ministro ha organizado este acto en un momento en el que desde Moncloa repasan todos sus movimientos tras su fracaso en la Unión Europea para promover las lenguas cooficiales, una baza que el Gobierno necesitaba para ganar tiempo con Junts, socio imprescindible para que Sánchez siga siendo presidente.

Pasadas las once de esta mañana, Albares desveló la placa en recuerdo de estos diplomáticos y se dirigió al público invitado al acto. Como detalle sobre cómo funcionan ahora mismo las cosas en Exteriores, hay que advertir de que desde la Oficina de Información Diplomática (OID) no se ha convocado a los corresponsales diplomáticos que cubren normalmente las informaciones de Albares, pero el ministro sí que ha querido invitar personalmente a algunos periodistas con los que mantiene cierta sintonía. En concreto, a reporteros de 'elDiario', 'Público' e 'InfoLibre'. «Desde el punto de vista del ministro es muy razonable hacer eso. Desde la OID invitan así a los afines y se evita que vengan los que molestan», cuenta otra fuente de Exteriores a este diario.

El ministro ha recordado en su intervención a 44 diplomáticos, a quienes ha nombrado uno a uno porque –según Albares– la dictadura «quiso desterrar sus nombres de la memoria del Servicio Exterior». Entre ellos se encontraban Fernando Careaga y Vicente Girbau, cuyas familias se encontraban en el acto. También mencionó a Juan Climent, Agustín Gómez Trevijano o José Luis Plaza Alemany.

«Fueron muy pocos, pero existieron y fueron los mejores», ha comentado Albares, al tiempo que ha puesto en valor que «defendieron nuestra democracia, defendieron nuestra libertad»: «Otros defendieron en la dictadura la España que se anhelaba y muchos pagaron un alto precio por ello, lo que hoy somos Servicio Exterior se lo debemos a ellos». En este sentido, el ministro ha destacado que con este acto «hacemos justicia a los que se lo merecen». «Llenamos un vacío injustificable con la ausencia de diplomáticos íntegros, justos y demócratas. Que la dictadura borró», ha añadido. Albares ha concluido sus palabras reivindicando la «propia identidad» de estos diplomáticos: «Los valores que defendieron es lo que han querido desterrar de nuestro recuerdo. Ellos son la mejor memoria del Servicio Exterior de España».