Galicia y País Vasco defienden una «alianza» en el norte peninsular
Alfonso Rueda y el lehendakari, Imanol Pradales, abogaron este jueves en Bilbao por la consolidación del Eje Atlántico
Entre los retos, destacan la necesidad de avanzar en la conexión eléctrica para suministrar proyectos industriales
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Unir fuerzas y tener más capacidad de maniobra ante Madrid y Bruselas. Este es el objetivo marcado por los presidentes de Galicia y País Vasco, Alfonso Rueda e Imanol Pradales, que este jueves mantuvieron un encuentro en Bilbao en el que apostaron por ... consolidar el Eje Atlántico, junto a Cantabria y Asturias, dando así continuidad a la iniciativa promovida por el anterior lehendakari hace dos años. Una macrorregión unida por sus características comunes y sus necesidades, con la que defender una agenda en común que impulse al norte peninsular y acabe con la España de dos velocidades y centralizada en Madrid.
Con el encuentro de este jueves, el primero entre ambos –aunque ya habían coincidido en la Conferencia de Presidentes del año pasado–, los dos mandatarios dieron continuidad al camino iniciado por sus predecesores, Alberto Núñez Feijóo e Íñigo Urkullu que, recordó Rueda, «mantenían una relación estable». Él mismo, rememoró por la mañana ante los medios de comunicación en Bilbao, donde inauguró un hito del Camino de Santiago, ya se había reunido hace dos años con Urkullu y los presidentes de Asturias y Cantabria para manifestar la necesidad de «hacer fuerza frente a los intereses» que tienen en común a través de un lobby atlántico, igual que hace el Eje Mediterráneo.
Y este fue, precisamente, el tema central del encuentro, en el que Rueda y Pradales mostraron su voluntad de consolidar el Eje Atlántico, que representa el 15% del PIB nacional. En el Foro Agenda Atlántica, celebrado en el Museo Guggenheim y organizado por El Correo, del Grupo Vocento, con el patrocinio de Bankoa, Abanca y la colaboración de La Voz de Galicia, ambos mandatarios apostaron por unir fuerzas, apoyándose en sus similitudes y necesidades para no quedar desplazados a la periferia, como destacó el lehendakari. Una «alianza» que para su homólogo gallego es «de sentido común», porque, aunque cada territorio tiene «sus problemas», también tienen claros «objetivos comunes». «Hay que reivindicar, con realismo pero también con firmeza, que no podemos tener una España de dos velocidades», añadió Rueda, defendiendo la «unión» para combatir las «políticas centralistas».
Actualmente, señaló Pradales, hay una serie de «déficits en el ámbito logístico y de las comunicaciones« que ambas regiones comparten, y que lastran su crecimiento. »Pretendemos que el Eje Atlántico tenga una posición de fuerza en el conjunto del Estado y ser, por lo tanto, aliados en proyectos que nos permitan dar un salto adelante«, señaló. Proyectos como el corredor ferroviario, que conecte también con Portugal a través de Galicia y con Francia por País Vasco para materializar la red traseuropea; o la necesidad de desarrollar las conexiones eléctricas a la par de los proyectos industriales, que son »fundamentales«.
Este es el objetivo de esta alianza, que nace, eso sí, de comunidades con colores políticos distintos. Pero más allá de las diferencias entre los gobiernos de las autonomías –en Galicia rige el PP y el País Vasco, el Partido Nacionalista Vasco–, que no parecen afectar a la consolidación de la macrorregión, por encima de las siglas están «los intereses», tal y como destacó el presidente de la Xunta. «Me revelo contra una España en la que no podamos llegar a acuerdos y en la que se levanten muros», aseguró, defendiendo que el consenso «tiene que ser posible». Esto, añadió, es lo que la gente quiere, aunque hoy en día, puntualizó el lehendakari, es una capacidad que mantienen las «periferias» que están lejos de la «trituradora» de Madrid.
La industria fue otra de las cuestiones abordadas por los dos presidentes, en la que demostraron tener, nuevamente, más aspectos en común que diferencias. Ambos coincidieron en la imperiosa necesidad de avanzar en el desarrollo de la conexión eléctrica, ya que, como indicó Pradales, tanto Galicia como el País Vasco tienen proyectos industriales «a la espera de contar con capacidades eléctricas suficientes«.
Al hilo, el presidente gallego reivindicó que no le «sobra» ninguna industria que «cumpla con la normativa», siendo este un sector vital en la fijación de población. Pero en Galicia, condenó, hay proyectos que cuando son anunciados, siendo meras «propuestas», ya tienen la oposición de plataformas que, en muchas ocasiones, «tienen mucho de político». Esto, que ocurre con proyectos mineros, eólicos y otros más mediáticos, como Altri, no debería pasar, aseguró, porque «influye mucho en el futuro y la permanencia de la gente» y es «totalmente antieconómico».
El segundo de la semana
La de este jueves fue la segunda ronda de encuentros con presidentes autonómicos de Rueda esta semana, después del mantenido el martes en Santiago de Compostela con su homólogo asturiano, el socialista Adrián Barbón, y el de Castilla y León, el popular Alfonso Fernández Mañueco, en un debate organizado por Prensa Ibérica en el que el buen tono y la voluntad de conciliación fueron también la tónica constante. Tuvo lugar, además, en un momento clave para la política nacional, con la Conferencia de Presidentes en el horizonte, que se celebrará el próximo 6 de junio en Barcelona. En la última, que reunió a los mandatarios españoles en Santander el pasado diciembre, el foco estuvo puesto en la vivienda, pero el polémico concierto catalán, la condonación de la deuda a las comunidades y la necesidad de reformar el modelo de financiación fueron los grandes protagonistas de la jornada, en la que no hubo acuerdos.
Ahora, seis meses más tarde, la intención del Gobierno es centrar la jornada en vivienda y formación profesional, temas que para Rueda son «importantes», como señaló este jueves por la mañana y también más tarde en el foro; pero no deberían impedir que también se abordase la financiación, como reclaman comunidades de todos los colores políticos. De no ser así, volverá a ser «una oportunidad perdida», lamentó, señalando también la necesidad de tratar otros temas como los motivos del apagón, especialmente después de que, en Galicia, haya puesto en peligro la continuidad de una empresa tan importante como Alcoa, que emplea a más de mil personas.
Además, para el titular de la Xunta el anuncio de esta cita responde a un «intento fallido de desviar la atención» de los whatsapps difundidos recientemente entre Pedro Sánchez y el que fue su número uno, José Luis Ábalos que son, dijo, «muy reveladores». Un nuevo escándalo que está «afectando» al Gobierno, como quedó de manifiesto en la sesión de control con el «nerviosismo evidente» e «indisimulado» de los socialistas.
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