El ingeniero aeroespacial que lucha por que las matemáticas dejen de ser un problema y los niños de todo el mundo amen la asignatura
Oriol Plans ha implantado un método por el que los alumnos aprenden la verdadera utilidad de los números que ya ha implantado en 1.700 colegios de España y otros tantos de Chile, Ecuador, Italia, México, Colombia y Perú, Estados Unidos y Brasil
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A Oriol Plans siempre le salen bien las cuentas. Y es que no es para menos. A sus 29 años es ingeniero en Tecnologías Aeroespaciales por la Escuela Superior de Ingenierías Industrial, Aeroespacial y Audiovisual por la Universidad Politécnica de Cataluña y graduado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) por la UOC. Su atracción por los números le viene desde bien pequeño. Confiesa a ABC que su madre siempre se dedicó a la docencia como profesora de inglés y que a su padre, que no tuvo la oportunidad de estudiar mucho de joven, es albañil y tiene una empresa de albañilería, las matemáticas se les daban muy bien, algo que a Oriol siempre le ha maravillado cuando iba a verle trabajar.
Cuando Oriol se matriculó en la universidad decidió dar clases particulares a estudiantes de la ESO y Bachillerato que estaban perdidos con los números. «Me di cuenta de que el 99% de los alumnos estaban verdaderamente frustrados con esta asignatura. Por aquel entonces, un compañero de la facultad montó una academia de matemáticas profesional, pero, en vez de dar las clases particulares, comenzó a contactar con colegios e institutos para ofrecer unas clases extraescolares de esta materia para que los estudiantes aprendieran a amarla como lo hacíamos nosotros. Percibíamos que nosotros éramos unos privilegiados porque la forma en la nos enseñaron esta materia encajaba muy bien con cómo funciona el cerebro. Y ahí fue cuando nos juntamos para visitar más centros en Cataluña«.
Hablaron con los equipos directivos de los colegios y propusieron que lo que les habían enseñado en ingeniería lo trasladarían en sesiones para que los alumnos pudieran percibir la aplicación real de las matemáticas de lo que les enseñan los propios profesores en el colegio. «Todos se mostraron encantados con la idea de esta 'aplicación real de la materia' y así empezamos a trabajar en 2014 con varios colegios. Nos dimos cuenta de que con una hora de extraescolar a la semana no era suficiente para un cambio real y profundo en la percepción de esta asignatura, por lo que necesitábamos meternos en el espacio curricular, en esas cuatro horas de clase que reciben los alumnos a la semana en Infantil, Primaria y Secundaria. Éramos cuatro ingenieros que de Pedagogía sabíamos poco. Nos juntamos con Laura Morera, que es Doctora en matemáticas y tiene una asociación sin ánimo de lucro que divulga esta materia; con Cecilia Calvo, que es una de las personas con mayor conocimiento de didáctica en la materia, y con David Barba, también Doctor.
Decidieron desarrollar un interesante proyecto en primero de Primaria con continuidad en Secundaria con el objetivo de que los alumnos a esta edad pudieran tomar libremente la decisión de por dónde dirigir sus estudios en el futuro, sin tener que hacerlo obligados por la única cuestión de evitar las matemáticas porque se les daban mal.
Fue así como en 2017 nació Innovamat, una organización dedicada a transformar el aprendizaje de las matemáticas a través de tres ámbitos clave: recursos didácticos para escuelas y familias, formación docente e investigación en didáctica de las matemáticas. Se fundamenta en la comprensión profunda de los conceptos matemáticos, siguiendo el currículo de cada territorio y dando un papel central al docente. «Está orientado a que los alumnos consigan ser fluidos en matemáticas, combinando la comprensión profunda de los contenidos, el desarrollo competencial y la automatización de los procesos matemáticos. Esto se consigue a través del modelo CRA (Concreto, Representativo, Abstracto), que garantiza un aprendizaje progresivo y significativo, tal como ha demostrado la ciencia».
El método comenzó a impartirse en en 13 colegios en Cataluña. Principalmente el boca a boca fue lo que les ayudó con un gran crecimiento: en 2020 daban clases en 700 colegios de Cataluña, Valencia, Madrid, País Vasco, Navarra, Baleares, y al año siguiente se sumaron también Chile, Ecuador, Italia, México, Colombia y Perú. En 2024 se añadieron Estados Unidos y Brasil y, actualmente, imparten clases de matemáticas en 2.500 colegios, de los que 1.700 son de España. Apunta que el 75% son públicos y el 25% entre privados y concertados.
Ahora son 320 personas las que trabajan en Innovamat. «Preparamos materiales de formación, unidades didácticas y damos mucha formación a los profesores porque el cambio en la forma de dar matemáticas no es trivial, es muy profundo en determinadas dinámicas de aula, ciertos algoritmos, cómo sumamos y dividimos... Nuestro objetivo es mejorar la forma en la que se aprende matemáticas en el mundo, lo que implica mucho: que los niños no las odien, que no sientan ansiedad cuando se enfrenta a los números».
Para ello, su labor se focaliza en la generación de recursos didácticos para colegios (para que sepan transmitir bien nuestro modelo de enseñanza), para familias (para que conozcan nuestro método de cara a cuando su hijo llegue con deberes a casa), a universidades y a gobiernos (para la formación de profesorado y mejora de diagnóstico en pruebas como Pisa)... «Además, ayudamos a generar recursos didácticos para los alumnos más vulnerables y con mayores dificultades de comprensión», matiza.
También se dedican a la investigación del impacto que generan en el proceso de aprendizaje y a medir la correlación científica entre la ansiedad ante las matemáticas y los resultados del alumno, o la brecha de genero en el aprendizaje de la asignatura, cómo enseñar las ecuaciones... «Nuestro valor diferencial está en cómo presentamos los contenidos que trabajamos, con lo que nos marca el curriculum de cada comunidad autónoma.
Asegura que utilizan mucho material manipulativo. «Es decir, que para enseñar la materia empleamos, tarjetas, collares de bolas, piezas con fracciones..., para que los alumnos entiendan mejor los conceptos viéndolos, tocándolos... Para ello hacemos actividades en grupo, en parejas, con proyectores... con el propósito de que obtengan un aprendizaje profundo y, por último, hay un registro que hacen los alumnos con papel y lápiz. Por tanto, la dinámica habitual de aprendizaje cambia, el alumno es protagonista y el profesor les guía a través de las preguntas que hace y las explicaciones que da. Hay evidencia científica de que esta es la forma que funciona para aprender matemáticas. Es decir, al final aprenden lo que marca el libro de texto de toda la vida, pero cambiamos la forma con dinámicas que les son más sencillas».
Este nuevo aprendizaje en las aulas, genera en los padres una nueva forma de entender el aprendizaje. «Hemos percibidos que hay familias motivadas dispuestas a entender este nuevo planteamiento; otras a las que les da un poco igual porque son padres de alumnos a los que no les va mal esta materia; y, por último, las que se quejan y les cuesta entender más los nuevos planteamientos. Pensando en los progenitores, hemos creado cuadernillos especiales para ellos, así como talleres online a los que se pueden conectar (ya llevamos 30.000 padres conectados) de los 250.000 alumnos que tenemos». El precio es de 40 euros al año por alumno; es decir, similar a lo que cuesta el libro de texto de la asignatura de toda la vida y dependiendo de la comunidad autónoma se paga con fondos públicos, como ocurre en Madrid o Navarra».
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En cada centro escolar hay un asesor educativo para que apoye al profesorado puntualmente y asegurar que el método se implemente como la evidencia científica advierte que hay que hacer para que tenga éxito. «No somos un método, que tiene connotación de solución mágica, y no es así. Damos recursos de mucha calidad a los profesores para que los apliquen con su criterio en sus clases. El 80% del éxito en el aprendizaje de esta asignatura depende del docente.
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