Cabeza fría
Barajas: más recursos y menos partidismo
AENA ni tiene ni debe tener competencias sobre el sinhogarismo
'Sorayos' en ascenso
¿Quién pagará por el apagón?
La deplorable situación del aeropuerto de Madrid está dando lugar a opiniones y reparto de culpas a menudo partidistas y superficiales, características del grueso del debate público por la polarización que asola el país. En este caso, sin embargo, no es tolerable. Hablamos de ... medio centenar de personas extremadamente vulnerables a las que dificultamos una solución cuando, en vez de exigir la colaboración de todas las administraciones –Ayuntamiento, Comunidad y Gobierno central–, nos dedicamos a alimentar la división entre ellas poniéndonos de un lado u otro, según sintamos que estamos en un lado u otro del muro que levantó Pedro Sánchez. Como si fuera posible que todas esas personas hubieran acabado en Barajas por el fallo de una única administración.
Desde luego quien no les ha fallado es AENA, que nunca ha tenido –ni debe tener– competencias sobre sus vidas. Sobre el gestor aeroportuario están cayendo buena parte de los ataques por cada decisión que toma. Si desaloja, porque esas personas no tienen adónde ir. Si permite que estén, porque la imagen que ofrece el aeropuerto es lamentable. Si pone controles de acceso, porque esa medida no sirve. ¿Qué queremos que haga entonces? O, dicho de otro modo, ¿qué es lo que podemos pedirle a AENA, con capital al 51 por ciento del Estado y al 49 por ciento privado? Básicamente, una operativa óptima y segura de los vuelos e instalaciones, beneficios crecientes y una cotización al alza cada año. Incluso podemos ir más allá y pedir que en caso de apagón los aeropuertos continúen funcionando con la menor afección y la mayor seguridad posibles. Procede recordar que esta lista se cumple. Maurici Lucena, presidente de AENA desde 2018, resulta ser una rara avis dentro del universo de gestores de empresas públicas elegidos desde que Sánchez llegó a La Moncloa. Seamos serios, que la situación lo requiere.
Así pues volvemos al inicio. ¿Hay una varita mágica que permita resolver el problema? Probablemente no, pero lo más parecido es destinar más recursos económicos a las personas sin hogar. Para que surta efecto deben hacerlo todas las administraciones con competencias sociales porque las personas que malviven en Barajas tienen casuísticas muy distintas. La responsabilidad de ofrecer un primer techo es del Ayuntamiento, la ley no ofrece dudas, pero el Gobierno no puede dejar de hacer su parte del trabajo. En el caso de los solicitantes de asilo, proporcionarles una respuesta en dos semanas para que puedan abandonar ese primer techo y no bloquear plazas que deben ocupar los que vienen detrás. Además, hay un Ministerio de Derechos Sociales con fondos para las personas sin hogar. La Comunidad debe aumentar las plazas para la asistencia sanitaria mental y a las adicciones que sufren muchas de esas personas.
Solo así, asumiendo la responsabilidad que corresponde a cada uno, poniendo más recursos económicos y no inflamando el debate público se podrá ofrecer una salida digna a quien sufre la tragedia de acabar durmiendo en un aeropuerto.
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