todo irá bien
Israel y América
Si dependiéramos de nuestro esfuerzo, de nuestra valentía, de nuestra dignidad hace siglos que los europeos no existiríamos
Flores para Alberto
Es Isabel, Alberto
El presidente Trump presiona para conseguir que América recupere la primacía mundial. También nosotros nos beneficiaremos como siempre de una nueva victoria americana y al final veremos lo que él vio hace tiempo, que la democracia necesita a veces defender su espacio con algo más ... que buenas palabras. Cuando América se empequeñece o es débil, lo que tenemos a cambio es tiranía y la demolición de nuestro estilo de vida libre. Estados Unidos es una idea y esta idea alumbra lo que nos constituye e identifica.
Con idéntico propósito y por motivos que nos afectan de un modo incluso más íntimo, Israel ha de acabar con Hamás. Será un camino más largo y duro que el del presidente Trump, porque la guerra no es contra Gaza ni los palestinos sino contra un grupo terrorista que es lo más contrario que existe en la Tierra a los intereses de la Humanidad. Acusamos a Israel de genocidio porque la judeofobia es el gran defecto europeo, nuestra tara más macabra. Y en lugar de afrontar la verdad, perseguimos al pueblo que ha vivido para enseñarnos a encarnar la lucha por la difícil y merecida libertad.
Israel y Estados Unidos son nuestro único cobijo en la intemperie. Si dependiéramos de nuestro esfuerzo, de nuestra valentía, de nuestra dignidad hace siglos que los europeos no existiríamos. Somos la cuna de la cultura, de lo civilizado, pero somos también unos cretinos que nos hemos cansado de defendernos, y por la insufrible arrogancia que da la desidia, insultamos a los que nos hacen el trabajo sucio. También las universidades del 68 se llenaron de estalinistas, existencialistas y demás apologetas de la maldad más intrínseca, tal como tristemente Harvard sirve hoy de vergonzoso altavoz del terrorismo y la destrucción occidental.
Las amenazas arancelarias son para que nos demos cuenta del desequilibrio no sólo comercial al que nos ha llevado la comodidad de producir en países que no pagan prestaciones sociales. Preferiría una política más educada, más suave, de colores más apastelados. Pero mira dónde estamos y las buenas maneras no acuciantes son el arrullo que nos ha mecido hasta este abismo. La democracia es cara y el presidente Trump nos urge a que dejemos de engordar a los que no quieren pagarla.
En igual sentido, y con el valor añadido de ofrecer en sacrificio la vida de sus soldados, Israel está librando la guerra de nuestras vidas contra un terror islamista que viene a por la más delicada esencia de lo que somos. Esa atrocidad adyacente, acechante, insomne. El primer ministro Netanyahu trabaja para nosotros cuando trata de contener la muerte en su origen, o por lo menos obligarlos a desarmarse antes de entrar en nuestros puertos y que entren de uno en uno.
La decadencia es un europeo que se equivoca de enemigo. La Historia da ejemplos de porquería en serie.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete