Fernando Iwasaki: «Manuel Ferrand fue un adelantado a su tiempo»
El escritor y Eva Díaz Pérez han participado este martes en un homenaje que la Real Academia Sevillana de Buenas Letras le ha dedicado a este autor en el centenario de su nacimiento
El Día del Libro consagra a Manuel Ferrand en los Jardines de Murillo, uno de los rincones de Sevilla que más amó

La figura de Manuel Ferrand (Sevilla, 1925-1985) siempre debe ser reivindicada, mucho más aún en este año en el que se cumple el centenario de su nacimiento. No podía faltar en este sentido el homenaje que le ha hecho este martes la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, institución de la cual fue académico numerario. En el acto han participado dos escritores que conocen en profundidad la obra del autor de 'Con la noche a cuestas': Eva Díaz Pérez y Fernando Iwasaki.
La primera ha intervenido con una conferencia titulada 'Paseando por Sevilla con Manuel Ferrand', en la cual ha invitado a recorrer la ciudad con este escritor que dejó libros imprescindibles como 'Calles de Sevilla', 'La naturaleza en Sevilla' y 'Gastronomía sevillana', que reeditará este próximo otoño la editorial El Paseo. «Sevilla aparece, si no nombrada, sugerida en sus novelas. Existe un Los Remedios literario gracias a Manuel Ferrand. También eso pasa con Nervión, donde pasó su infancia. El chalecito de Villa Carmela tiene su importancia. Todo eso lo convierte en territorio literario», asegura Díaz Pérez.
Asimismo, la autora ha rastreado en esa Sevilla «ferrandiana» que este escritor, periodista e ilustrador retrató magistralmente con el uso de «una prosa que era maravillosa y con un punto de ironía. Ferrand tiene lo mejor del periodismo, ya que en sus artículos plasma la crónica del instante, pero también con un trasfondo histórico. Otra cosa son sus novelas, donde hay en juego un lenguaje más literario». Por tal motivo, esta escritora alaba obras como 'Calles de Sevilla' o 'La naturaleza en Sevilla', porque «son libros muy jugosos donde se mezcla esa crónica periodística, el ensayo literario e histórico. A través de esos textos se hace también una memoria histórica de la ciudad con espacios que ya no existen como el Paseo del Malecón o las Delicias viejas. También busca jardines perdidos como los de Francisco de Rioja y presenta jardines imaginarios como un jardín torero o un jardín barroco», señala.
Comenta Díaz Pérez que Manuel Ferrand «tiene una teoría sobre la ciudad, como también la tuvieron Romero Murube, Blanco White, José María Izquierdo, etc. Es un gran divagador de la ciudad. Él busca las tahonas, los detalles de dónde estaban. Ese era una forma de hacer una historia de Sevilla a través de cómo se hacía pan». Igualmente critica la gran dificultad que existe para encontrar los libros de este autor. «Todos los que tengo los he rescatado de librerías de viejo. Manuel Ferrand tendría que tener reeditada toda su obra. Es un autor que se necesita que se difunda y que se rescate. Si Ferrand hubiera escrito desde Madrid y sobre Madrid, estaría en todos los escaparates, pero él escribía desde ABC de Sevilla.
Esta destaca que es el único autor sevillano que ha logrado el Premio Planeta con su novela 'Con la noche a cuestas'. «Es una novela maravillosa. Y la leí hace años y al releerla me he dado cuenta de que el tiempo ha pasado muy bien por ella. Es una novela que plasma la psicología de los personajes y que recrea Los Remedios como territorio literario, logrando un final muy impactante». Esta autora aplaude que El Paseo vaya a reeditar esta novela en otoño, así como tres de los ensayos más populares que Ferrand escribió sobre Sevilla. También valora que la Fundación Lara reeditara en su momento 'Quebranto y ventura del caballero Gaiferos, así como los libros que rescató ABC de Sevilla dentro de su colección de escritores andaluces.
Los géneros infinitos de Manuel Ferrand
Por su parte, Fernando Iwasaki centró su intervención en el tema 'Los géneros infinitos de Manuel Ferrand' porque «era una persona infinita. La gente pensaba de dónde sacaba tanto tiempo para hacer lo que hacía», se plantea. Además, el periodista y escritor destaca que los géneros de Manuel Ferrand eran visibles, velados y invisibles.
Entre los géneros visibles, Iwasaki destaca la novela, el artículo, el cuento, el ensayo y también la historieta como forma de expresión narrativa. «Tiene una novela medieval,'Quebranto y ventura del caballero Gaiferos', que juega con el tipo de novela que escribía Cunqueiro. Pero también sobresale por tener la novela de Los Remedios, 'Con la noche a cuestas'. Creó un territorio literario en Los Remedios».
Respecto a los géneros velados, Iwasaki ha subrayado que el término de lo velado «se refiere a lo que está a punto de verse». Dentro de esos géneros incluye la gastronomía. «En alguno de sus artículos dice que la gastronomía es un género literario. La gastronomía hoy ocupa un espacio enorme en la prensa. Manuel Ferrand fue un precursor en ese sentido», dice este escritor, que añade que «la naturaleza urbana es otro género velado. No escribió sobre el campo como Muñoz Rojas. Escribe sobre los parques y los árboles de la ciudad, sobre las aves, etc. Él tiene una sensibilidad hacia la naturaleza. Hoy en día quien escribe sobre la naturaleza escribe sobre lo sostenible. A Ferrand le interesaba esa vida que prosperaba junto a la vida humana y ciudadana».
Otro género velado era la psicopolítica. Este término alude al título de un libro de Byung-Chul Han. «Ferrand se preocupa en sus artículos sobre cómo va avanzado en la sociedad la mala educación, la vulgaridad, el grito y la ausencia de cortesía. Hoy en día eso es algo hegemónico y Ferrand se dio cuenta de que eso pasaba en la sociedad en los 70 y 80. 'Carta abierta a un españolito que viene al mundo' es un libro que no usa el poema de Antonio Machado para hablar de la izquierda y de la derecha, sino que habla de esa España que es vulgar, vociferante, que viene crispada e iracunda. Habla también de la salud mental, un tema que interesa mucho hoy en día».
Por último están lo que Iwasaki llama como los géneros invisibles. «Son unas actitudes de las que sólo pueden hablar con mucha rotundidad los que lo conocieron en persona. Destacaba su actitud en las clases como profesor o también como gran conversador. Rubén Amón ha publicado recientemente 'Tenemos que hablar', pero antes Ferrand habló de lo importante que era hablar o conversar. Hoy en día se habla de la necesidad de conversar. Eso lo detectó muy bien Manuel Ferrand».
También entre los géneros invisibles este escritor destaca el pudor y la generosidad de Ferrand. «El pudor no es lo mismo que la humildad y la modestia, pero las supone ambas. Era un hombre de un talento inmenso. Él sabía que estaba rodeado de críticos mediocres y las autoridades en la universidad no lo valoraban, pero él siempre tuvo un pudor de callar. Se presentó a catedrático y no le dieron la cátedra», se lamenta Iwasaki.
Este escritor ha finalizado destacando igualmente entre esos géneros invisibles el de la generosidad, «que fue mucha en Manuel Ferrand. Se entregaba a todo. No sabía decir que no. Yo me identifico personalmente con Manuel Ferrand porque también me ausenté veinte años de la enseñanza universitaria y al regresar he sentido perplejidad por cómo está la universidad y a él le pasó lo mismo. A mí en los congresos me presentan como un escritor híbrido. Yo hago artículos, relatos, novelas, monografías históricas, etc. Eso para algunas personas es la hibridez, pero no es un invento de ahora, ya lo hacía Manuel Ferrand. Era híbrido antes de que se hablara de la hibridez. Él tuvo una modernidad enorme, una contemporaneidad enorme. Fue un adelantado a su tiempo».
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