Una escapada de aventura y esquí a los Pirineos Orientales
Esta zona del sur de Francia cuenta con hasta seis estaciones en las que disfrutar no solo de divertidos descensos por sus pistas, sino también de un sinfín de planes para todo tipo de viajeros
Así es la estación favorita de la jet set, que este invierno cumple 60 años

Los Pirineos Orientales, ubicados a apenas doscientos kilómetros de Barcelona, cuentan con una amplia variedad de planes para todo amante de la montaña y los deportes de invierno. Raquetas de nieve al atardecer, escalada en hielo, trineos de perros, aventuras extremas y, por supuesto, ... esquí. Todo esto y mucho más es lo que ofrece este territorio del sur de Francia que cuenta con hasta seis estaciones de esquí alpino y una nórdica con una altitud que va desde los 1.500 hasta los 2.700 metros. El buen clima del que presume y sus más que competentes precios –son más bajos que en la mayor parte de España– hacen que este destino sea una opción perfecta para organizar una última escapada de nieve esta temporada.
La primera parada del viaje puede ser Font-Romeu, estación pionera de los deportes de invierno que se ha asociado con Pyrénées 2000 para ofrecer el complejo más moderno con 500 cañones de nieve, una pista de Biathlón, tres pistas de slalom y un snowpark de nivel internacional adaptado a todos los niveles que se ha consolidado como el mejor de todos los Pirineos. Pero ojo, que no todo son emociones fuertes, aquellos que deseen algo más tranquilo y mágico pueden optar por una ruta con raquetas de nieve al atardecer, una experiencia que ofrece Aventure Pyrénéene, compañía con la que también se puede disfrutar de excursiones para ver las estrellas en este punto donde los cielos son tan claros.

Un forfait, tres estaciones y cientos de planes
El viaje puede continuar por cualquiera de las tres estaciones que forman Trio Pyrénées, una iniciativa que surgió en 2022 por parte del Departamento de Pirineos Orientales para unir en un solo forfait tres de sus estaciones estrella –Cambre d'Aze, Porte-Puymorens y Fomigueres–, así como para impulsarlas mejorando sus instalaciones y conexiones.
La primera de ellas, Cambre d'Aze, se encuentra entre un imponente circo glaciar, en el corazón del Parque natural regional de los Pirineos Catalanes. Tiene un total de 23 kilómetros esquiables con 24 pistas (9 verdes, 6 azules, 8 rojas y 3 tres negras), 800 metros de desnivel y dos zonas de trineo para disfrutar en familia. Es en esta estación donde se realiza una de las actividades más trepidantes del destino: escalar en una cascada de hielo. Si bien esta experiencia se puede ver en otras estaciones de Europa, no se suele dar a tan baja altitud, de ahí que sea tan especial. Se trata de una formación de 35 metros de altura semiartificial en la que el agua que brota de la montaña se desvía mediante tuberías para que fluya por este acantilado. Esta imponente pared cubierta de hielo ofrece hasta tres 'rutas' de diferente dificultad por las que los más valientes podrán ascender provistos de crampones y piolets y agarrados con arneses.

La estación más familiar de todas es Porté-Puymorens que, además, tiene un gran carácter deportivo y uno de los mayores desniveles de los Pirineos –900 metros–. Cuenta con 10 remontes que llevan hasta una altitud máxima de 2.471 metros y un dominio esquiable de 50 kilómetros y 35 pistas orientadas al norte/noreste que ofrecen una calidad de nieve insuperable, zona free-style, zona de diversión infantil y uno de los mayores reclamos de la zona: la pasarela Porté-Puymorens. Esta atracción, no apta para personas que sufren de vértigo, nada que envidiar al 'Ponton dans le ciel' del Pic du Midi. Con poco más de un metro de ancho y con una estructura de acero de unos cuatro metros de longitud, la pasarela se asoma a la montaña, a una altura de unos 400 metros, permitiendo deleitarse con una bella panorámica de la estación. Para llegar aquí se puede hacer esquiando a través del telesquí de Fontfrède.



Por último, Formiguéres se extiende por un espacio de 65 hectáreas en el corazón del bosque donde disfrutar de un desnivel de 700 metros. Este complejo es perfecto para los que buscan un chute de adrenalina extra, ya que tiene reservadas 10 hectáreas para los fuera de pista. Cabe destacar que al inicio de la estación están los lagos de los Camporells, un recorrido ideal para raquetas o esquí de travesía que se compone de doce lagos.
Un baño en aguas termales, el mejor aprés ski
Otro de los atractivos que tiene los Pirineos Orientales son sus numerosos baños termales, una opción bastante recomendable para relajarse tras un día en la montaña y recargar pilas para seguir exprimiendo al máximo estas montañas.
Una de las mejores opciones es Bains de Llo, un complejo ubicado en el pueblo de Llo, el cual se sitúa a 1.500 metros de altitud justo donde nace el río Segre. Es precisamente su localización lo que hace que disfrutar en este complejo sea, también, un deleite para la vista por el paisaje que lo rodea. Las aguas mesotermales y minerales de este lugar se extraen a 77 metros de profundidad y la temperatura oscila entre los 34,5 y los 39 grados. El centro dispone de cinco piscinas, tres de ellas al aire libre y con una temperatura de 35 grados, jacuzzi, sauna, hammam, camino de agua fría y sala de relajación. El precio de la entrada va desde los 16,50 euros.

Una cena inolvidable en medio de las pistas
Cenar en el restaurante La Gallina es toda una experiencia que comienza al pie de la estación Font-Romeu Pyrénées 2000 puesto que es en este punto donde una máquina pisa nieve recoge a los comensales para subirlos hasta los 2.127 metros de altitud, en lo más alto del dominio esquiable, donde se ubica este templo gastro decorado como un chalet de montaña. Imprescindible es probar su raclette en su versión normal y en la trufada, su tartiflette del chef y la panceta de cerdo confitada de Banyuls.

Dónde dormir
Para aquellos que busquen un alojamiento de lujo y tintes modernos es el Grand Hotel L'ermitage, un alojamiento de reciente apertura con apenas 44 habitaciones que invita a los huéspedes a recorrer los picos más impresionantes del mundo, desde el Kilimanjaro hasta las Rocosas. Sus habitaciones divididas en confort, suite, suite junior y suite familiar son realmente acogedoras y presentan una decoración de montaña de lo más chic en la que no faltan maderas, notas de cuero y piel y tonos marrones y crema. Además, el hotel dispone de dos espacios gastronómicos, Le Saint- Anne, que ofrece menús degustación en los que no faltan los mejores productos del Rosellón, y L'Ermitage café, una cocina bistró moderna que destaca por el uso de los productos locales y de temporada con un toque catalán. El precio por noche para dos personas va desde los 198 euros.

Si se viaja en familia o en grupo de amigos, lo mejor es optar por un el refugio-restaurante Le Castel Isard. Ubicado a los pies de la estación de Porté Puymorens, dispone de siete apartamentos totalmente equipados que pueden acomodar de dos a cinco personas. El complejo cuenta con una sauna, a la que se puede acceder bajo petición previa, y con un restaurante que ofrece exquisitos platos y que dispone de una bonita terraza con vistas a la montaña. Los precios van desde los 85 euros por noche.
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