Viviendas de lujo bajo tierra: así son los búnkeres que se han puesto de moda entre los famosos
De Omar Montes a Jeff Bezos, Tom Brady o Julio Iglesias se han sumado a esta tendencia
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Vivir en una casa de lujo, ya sea mansión o pisazo —dúplex, tríplex, loft o cualquier otra versión arquitectónica moderna o clásica— es un sueño aspiracional para muchas personas. Pasa algo parecido con las vacaciones de lujo, que tantas series tipo The White ... Lotus han inspirado recientemente. Es casi imposible negarse a soñar con vivir así, aunque sea de forma imaginaria. La ficción lo sabe y lo exprime, y ahora lo va a seguir haciendo con una tendencia al alza entre los famosos que tiene un matiz distinto: ¿aceptarías una casa de superlujo pero que estuviera construida bajo tierra? Sí, por si faltaran pocos ingredientes al contexto apocalíptico que vivimos en esta década entre pandemias, tormentas perfectas y apagones, más propio de The Last Of Us ya que hablamos de series, las celebrities han puesto de moda los búnkers de lujo. Y hasta Netflix se ha subido al carro.
No han pasado muchas semanas desde que te mostramos cómo es el búnker de lujo que Mark Zuckerberg, CEO de Meta, lleva tiempo diseñando y desarrollando en su increíble mansión de Hawái. El empresario tecnológico no es el único rostro conocido que puede presumir de tener un búnker en su casa —en una de sus casas, siendo rigurosos—. No está confirmado, como sí ocurre en el caso de Zuckerberg, pero se dice que Bill Gates los tiene construidos en sus casas, y que también los tienen o han tenido Tom Cruise, Kim Kardashian o Shaquille O'Neal, estrella de la NBA hace un par de décadas y comentarista estrella de la televisión.
Además, de forma metafórica, se habla en Estados Unidos del búnker de los multimillonarios en referencia a Indian Creek, la isla de Miami en la que tienen una residencia privada de lujo desde Jeff Bezos a Tom Brady pasando por Ivana Trump o Enrique y Julio Iglesias.

En realidad, las 35 parcelas privadas que tiene la isla —rodean el campo de golf que ocupa el espacio central de la isla— cuentan con viviendas en altura construidas, pero se dice que la isla es un búnker porque se accede a ella por un único puente custodiado por la policía, que también patrulla el perímetro acuático en lanchas. Era demasiado jugoso este ejemplo como para no mencionarlo; además, es muy probable que alguna de las mansiones de lujo de la isla cuente con un búnker en su subsuelo.
El búnker de lujo más espectacular del mundo
Para encontrar el búnker de lujo convertido en una de las residencias más espectaculares del mundo, digno de portada de revista de arquitectura, hay que viajar lejos de Miami. Mucho más cerca de España, de hecho. A la ciudad de Berlín.
Por motivos obvios, la capital alemana está plagada de búnkers construidos en la II Guerra Mundial. Muchos se utilizan para distintos usos en la actualidad pero solo uno alberga una vivienda de lujo en su ático y un museo de arte contemporáneo en sus plantas inferiores: la galería de arte Sammlung Boros, situada en el barrio de Mitte.
Recientemente, el escritor Jorge Corrales, especialista en historias de Berlín, dedicó un hilo de X a este espacio singular (de 1.000 m2) de la ciudad germana que empezó siendo utilizado como refugio antiaéreo durante el III Reich, que con los años fue utilizado como secadero de banana y posteriormente albergó un templo del tecno, uno de esos clubes que han alimentado la leyenda y la identidad contemporánea de Berlín.
Su historia comenzó en 1942.
— Jorge Corrales (@Yosoycorra) July 10, 2021
Este mastodonte de 1000 m2 servía como refugio antiaéreo para los viajeros de la cercana estación de tren Friedrichstraße. pic.twitter.com/Gn9bba6ugN
El edificio, porque el hecho de ser un búnker en altura y no subterráneo es otra de sus peculiaridades, es propiedad del millonario polaco Christian Boros, que decidió construir en la planta superior su vivienda de lujo, un increíble ático con piscina incluida rodeado de grandes ventanales que se abren a Berlín.
El resto del antiguo búnker lo convirtió el matrimonio Boros en una galería de arte contemporáneo que acoge su colección personal, que cuenta con obras de artistas de renombre como Olafur Eliasson. La colección y, por ende, el edificio —no así la vivienda de lujo del propietario— es visitable.
Netflix se inspira en la moda de los búnkers de lujo
En este contexto en el que los búnkers de lujo se han puesto de moda al menos entre los famosos y millonarios, no podía faltar la aparición de la ficción, que toma inspiración en aquello que la rodea, que no es otra que la realidad.
Durante las últimas semanas, a raíz de una campaña presencial desarrollada en el torneo de tenis de Madrid, se hizo viral una urbanización de lujo supuestamente a construir llamada Kimera Underground Park. Una cuenta de Instagram con aspecto de inmobiliaria de lujo, publicidad de Omar Montes, una línea telefónica gratuita de atención al cliente donde se informaba de que se había vendido toda la promoción de búnkers de lujo y una web específica en la que se anuncia la reserva de plaza a partir de 48 millones de euros hicieron dudar a muchas personas de si el proyecto era real o no.
Basta una pequeña investigación en internet para descubrir que en realidad era una campaña publicitaria de Netflix para promocionar la nueva serie de los creadores de los creadores de La Casa de Papel. Se titula El refugio atómico, se empezó a grabar en 2024 y se estrenará próximamente.
Más allá de un reparto de altura, con nombres como Miren Ibarguren en el papel de Minerva, la CEO de Kimera, Natalia Verbeke o Carlos Santos, entre otros, la serie genera interés de manera anticipada por su escenario: Kimera, una promoción de búnkers de lujo con capacidad para más de 100 huéspedes y con autonomía para sobrevivir 10 años en ellos.
No le faltan espacios comunitarios como el spa, el gimnasio de lujo, un restaurante gourmet, una coctelería, y hasta un jardín zen en el que relajarse o una cancha de baloncesto para practicar un deporte de equipo. Incluso garantiza la educación de los niños sin salir del búnker. Todo, a 275 metros bajo tierra.

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No deja de ser lo que su propio nombre deja entrever, una quimera, pero quién sabe si alguna vez esta ilusión irreal que cobrará vida en la ficción lo hará alguna vez en la realidad. Llegado el caso, seguro que el Mark Zuckerberg de turno muestra interés en el proyecto.
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